LISO<>ESTRIADO

"Concepciones del espacio según su naturaleza distinta y que operan conjuntamente"
Deleuze y Guattari




La cuestión principal es tener en cuenta los predominios de uno por sobre el otro.
Por el tipo de cultura en que vivimos y el tipo de imagen de pensamiento predominante, estamos mucho más del lado de lo estriado, de lo sobre codificado.
Deleuze y Guattari van a decir que el espacio liso es el espacio del nómada, es decir, el nomadismo sin espacio liso no tiene existencia. El nomadismo necesita del espacio liso para poder existir, pues el ser nómada está totalmente ligado al espacio liso. Y el espacio estriado es el espacio sedentario, el sedentarismo puede existir gracias a un espacio estriado.

Reinterpretaciones cercanas:


_Modelo musical 

Con respecto al modelo musical, toman a Pierre Bouléz. Dicen que en el modelo musical clásico está bien definido el pentagrama, las claves de sol, etc. Lo que supone que al ajustar la música a ese espacio pre-codificado el resultado musical final tendrá ciertos límites. También en el jazz podemos ver como su característica principal es producir esas fugas (del pentagrama) que le dan su singularidad. Lo que hace el jazz es sacarte de lo estriado, alisando el espacio musical. 

Dice Boulez que en el modelo musical estriado el espacio tiempo se cuenta para ocupar, por ejemplo entrando a ritmo, no saliendo de la armonía, después de un do, un re... hay escalas y hay predeterminaciones. El concepto de lo prefijado, de lo preconcebido, del prejuicio es estriado, el espacio estriado me obliga a que yo tenga que pre-conceptualizar.
Lo que más rescatan ellos en la música es el tema de las variaciones, dicen que en la música estriada la variación musical es muy acotada. En cambio en la música alisada, la variable es infinita, o sea es la potencia de la variación. Lo que importa entonces en la música, por ejemplo en el jazz, son sus variaciones.

_Modelo Marítimo

Si bien no hay un espacio liso puro, sí podemos decir que el mar es el espacio liso por excelencia, y justamente fue el primero que se ha tratado de estratificar. El mar esta sobre-estratificado,más aún tratándose de una superficie que cuenta con la mayor potencia de desterritorialización, de ahí su sobre-codificación con mapas, cartas, coordenadas, radares, satélites.

Por ejemplo puedes ir en tu pequeño barco con un satélite manual que te dice con precisión donde te encuentras, en qué coordenadas. Es increíble adonde ha llegado la tecnología. 


El modelo marítimo también es una variable constante, parecido al desierto, o bien la llanura, pero la llanura ya se puedo estriar y dejarle puntos fijos: parcelado, alambrados, siembras; con el mar no se puede, se hace casi imposible. Entonces justamente lo que tiene el mar es esta potencia de variación.... ellos dicen que los marineros se guían por la estratificación absoluta de la que hablábamos antes, o lo hacen por acontecimientos: pájaros, vientos, coloraciones del agua, temperaturas, todo un juego de afectaciones por las que se guía. Los primeros marinos se guiaban por acontecimientos.

_Modelo Estético


Una característica fundamental se refiere al tipo de visión; en el espacio liso es próxima, cercana y táctil llamado "háptico", en oposición al espacio "optico" del espacio estriado. Toman una cita de Cézanne, quien dice que la paradoja del artista es que su cuadro lo pinta desde muy cerca, y después se lo tiene que ver de lejos. Ellos dicen que la verdadera obra de arte es la que está hecha bien de cerca, en la que te pierdes y te metes adentro, no aquella que te aleja, sino justamente que te invita a una proximidad, a una vecindad.
También habla Cézanne de la necesidad de "ya no ver" el campo de trigo, de entrar en una proximidad "táctil" con el cuadro.



REFUGIO DESECHABLE



Matthew Malone es el diseñador del Recover Shelter, un refugio 100 por 100 reciclable fabricado en polipropileno, que está pensado para situaciones de emergencia y desastres, dada su facilidad de transporte y montaje. Aunque también podría servir en deportes y viajes con cierto riesgo, como el montañismo.


Al mismo tiempo es una estructura totalmente ecológica, que no emite ningún tipo de sustancia gaseosa o química al medio ambiente.


















Puede ser instalado por una sola persona en cuestión de minutos, y dada su estructura tipo acordeón, se puede disponer de diferentes maneras según las necesidades del momento. Por ejemplo, se pueden conectar varios para formar una estructura mayor.

Las crestas de la estructura se pueden usar para recoger agua de lluvia (ya que el material no es tóxico), y la cubierta se puede cubrir con otros materiales locales para hacerla más resistente y protegerla del sol, como ramas o gravilla.



ARTIFICIAL NATURAL


VARADEROS 
Refugios a pie de mar. 
Construidos a la medida del llaut que contenían, ingeniosos, con materiales básicos y técnicas mejoradas por la experiencia. Madera, piedra, clavos, creando unidades concisas que se convierten en parte del paisaje con el paso del inclemente tiempo que los modela.




La Arquitectura de la Felicidad



“La Arquitectura de la Felicidad”
Autor: Alain de Botton

Traductor: Mercedes Cebrián
Editorial: Lumen



Partiendo de la premisa de que la arquitectura influye en nuestra salud mental, De Botton ofrece un análisis sobre lo que hace que un espacio nos parezca bello o terrible utilizando reflexiones sobre estética, filosofía y arte. Cuenta Alain de Botton que un mediodía en Londres un amigo con el que había quedado para comer le dio plantón. Llovía tanto que decidió refugiarse en un McDonald’s cercano. La experiencia fue desastrosa: los fluorescentes, las mesas, el ruido de la freidora… Tras engullir su hamburguesa, abatido, decidió dar un rodeo antes de volver al trabajo y entró en la catedral de Westminster. Al instante dejó de sentirse abrumado. De golpe, el mundo parecía un lugar espiritual y bello en el que nuestra pequeñez tenía sentido. La arquitectura había obrado su efecto. Sus sentimientos estaban a merced de la construcción que le rodeaba.



El efecto de esta revelación le sirve ahora como punto de partida en su reflexión sobre el impacto de la arquitectura en nuestra vida diaria. Para ser más explícitos, el filósofo suizo quiere descubrir cuál es el mecanismo que convierte la fealdad en un obstáculo hacia la consecución de la felicidad y qué provoca que lo sublimemente bello sea capaz de inducirnos sentimientos nobles y bondadosos. Se trata sin duda del trabajo más arriesgado del autor, que abandona su terreno natural (la literatura y la filosofía) para adentrarse en las aguas movedizas de la teoría estética con la sencillez que le es habitual. El planteamiento es simple: el alma reconoce lo bonito como bueno y lo feo como malo. Pese a la falta de pretensiones, su afán didáctico cae en algunos momentos en saco roto. Anda tan preocupado construyendo su discurso estético que olvida transmitir la emoción que es capaz de conjurar cuando nos habla de amor, viajes o literatura

Sin embargo, y pese a los esfuerzos que realiza por hacer lo contrario, poco ha cambiado en su acercamiento a la filosofía del día a día. Su obra se basa en una lectura universalista y maravillosamente ególatra de lo personal. Su persona vale como ejemplo, sus experiencias son la medida con la que evaluar lo común. De Botton posee una de las mentes más creativas y originales que existen hoy en día y su lectura funciona a tantos niveles como el lector esté dispuesto a conocer. Uno puede acercarse a este texto como quien lo hace al suplemento dominical -es decir, permanecer al margen y jugar con las muchas anécdotas que nos cuenta con tanta destreza – o adentrarse en el texto armado con un cincel y un martillo, dispuesto a reconocer y reflexionar sobre la propia experiencia. La teoría estética de De Botton, explícita por primera vez en su carrera, puede sorprendernos o dejarnos fríos, pero su objetivo no es dogmatizarnos sino ofrecernos, con la mano extendida, nuevas herramientas para analizar lo que nos rodea.




El Hombre de al Lado





Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de autos usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí empieza el problema: cada uno toma conciencia de la existencia del otro. La mirada del extraño corroe y pone en entredicho una vida aparentemente normal, y abre la puerta a los miedos, a las miserias y a las actitudes más viles.